11 de enero de 2010
POR TI AMIGO
En la vida como en la escultura, cada obra como cada persona, tiene su instante terminal y sólo el artista sabe a veces cuál es. Para la crítica siempre fue motivo de reflexión esa «no terminación» de ciertas esculturas de Miguel Ángel representando una tensión extrema entre el mármol en bruto y el mármol cincelado. Aunque finalmente se descubrió su terrible valor, en la mayoría de las mentes solo cabe ver algo imperfecto por su no terminación. Yo prefiero asignarle un valor y un destino al contemplar esa diferencia. No todos servimos para lo mismo.
Sin duda para mi hay dos clases de personas. Aquellas que requieren terminarse en si, y aquellas que están siempre por terminar. Aquellos complejos por requerir concluir minuciosamente su formación, y aquellos que siempre deambulan, sobreviviendo de un lado a otro sin estabilidad ni concreción. Prefiero no asignarle un valor a esa diferencia, pues cada cual tiene uno, un fin, una función y un determinado “don”.
Pero pocos tienen ese “don”, solo algunos merecen semejantes puñetas, dirimir esos dilemas, enjuiciar tamañas controversias. Solo aquellos que han sido terminados de un modo impecable, nacidos del granito más puro, solo ellos pueden llevar el peso de su función.
Un Juez es alguien con potestad para Juzgar, para impartir Justicia. Experto en legislación y su aplicación. Conocedor de la jurisprudencia pasada y presente, con sabiduría, templanza, firmeza y capacidad reflexiva. Alguien terminado por completo, concretado en si mismo para un solo fin. Uno de los más importantes dentro de nuestra sociedad.
Cuantas personas conocéis en vuestra vida que entendáis fielmente capaces de cumplir con este cometido?
Yo conozco a uno, quizás dos, pero seguro estoy solo de uno.
Tu, querido amigo, has nacido con ese don. Dicen que solo los sabios deben impartir juicio o muerte. Abolido lo segundo, quien mejor que tu, sabio amigo, para dar o quitar razón, repartir justicia, aplicar el derecho y así cumplir con lo primero. Te imagino con tu toga y tus puñetas, tu razón y tu bonanza, tu reflexión y tu claridad. Tu sentido de la realidad.
Hay todavía quien no lo entiende, pero créeme, es inevitable. Tu afán, tu ilusión y tu voluntad terminará por convencerles, así que sigue el camino que ya tienes a tus pies y piensa que si alguien te quiere, lo entenderá y te apoyará, así que no temas…
Créetelo, se que ahora te sientes como una obra representativa del manierismo más exacerbado, como “El Beso” de Rodin conservas tus pies clavados en el granito para cuando consigas terminarte a ti mismo. Tu lo conseguirás, lo serás, sentiras esculpida tu persona cuando un día me mires, sonrías y sientas que has cumplido tu sueño, ese día no me digas nada, tan solo siéntete finito.
Buenas noches.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No tengo palabras. Por muchas cosas. Y las que tengo, deslucen lo que has escrito. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarEspero que te anime a seguir con tus ideas. Un abrazo amigo
ResponderEliminarEstimado amigo Rafa:
ResponderEliminarNo puedo otra cosa que suscribir cada una de tus palabras y hacerlas mías. Un abrazo, y recuerda que somos pocos los que disfrutamos de ese alma única de nuestro amigo.