HOMBRES DE LA CASA

El futbol como los toros, desde la barrera, mejor. Lo observo mientras pienso con que valores contamos dentro del verde tapiz. 22 almas pugnan con el estandarte de la deportividad bien presente, pero solo es una teoría.

La realidad es que juegan sucio, se dejan caer, simulan agresiones, se escupen, maldicen, insultan, protestan, pierden tiempo… y lo hacen delante de miles y millones de padres, madres, abuelos y lo que es peor, niños. Gañanes al volante de un bólido que llama la atención a toda una sociedad que prefiere ver la caja, antes que mirarse al espejo.

Desolador.

Así que he decidido quitarme la careta de madridista, admitido como la peor afición que reina en nuestro país, para albergar algo de esperanza.

Mientras el Madrid, altivo, engreído, arrogante y egocéntrico se encamina a triturar a su última víctima, su entrenador, para poner el huevo que le faltaba, José Mourinho.
El Barça defiende a ultranza su modelo de estabilidad, ultimando los flecos para atraer a otro de los suyos y a otro nacional. Españolización que no puedo dejar de aplaudir.

El Madrid pretende soltar una cortina de humo a la imagen y semejanza de su ego para esconder sus complejos. El Barça sigue guiado por su oráculo más observador, Guardiola. Ahí es donde quería llegar.

Escuché hace poco que Marco Aurelio andaba por Roma entre alabanzas. Con el riesgo de perder el norte se hizo acompañar por un sirviente que le recordaba a cada paso, a cada cumplido, su verdadera identidad, “Marco Aurelio, eres humano”…
Así mantenía un cierto equilibrio entre las alabanzas y su ego para poder dedicarse fielmente a su labor de Cesar.

Así veo yo a Guardiola, mostrando su lado más humano, acompañando sus videos de motivación con mensajes reveladores de su verdadera identidad. Ganareis si no vendemos victoria, nosotros no. Ganareis si cada día salís a por todo, si os alzáis con respeto, si honráis vuestro escudo, hombres de la casa. Que envidia…Además, no los veo simulando, perdiendo tiempo, dejándose caer, engañando, maldiciendo…que envidia!!!

Un ejemplo. Si queremos que el futbol ofrezca algo a parte de horas muertas y vandalismo en las calles, mejor que se parezca al que alabo públicamente. Que lo vean los niños!