8 de marzo de 2011

ANIMO AMIGO

Un día escribí que solo había conocido una persona, quizás dos, en toda mi vida de las cuales elogiaría, por encima de todas sus virtudes, la capacidad de impartir justicia, justificar decisiones, ser Juez sin oposición ni puñetas.

Vivimos ensimismados, mirándonos continuamente al espejo con la esperanza de ser más guapos o más rubios. Pero esta persona no. Su añoranza no versa sobre las malditas canas sino que habla sobre una toga, un despacho y el olor a rancio de los libros viejos. Como decía, ser justo.

Así que simplemente te escribo para darte ánimo.
Mucha fuerza amigo, ojalá lo consigas.

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