25 de mayo de 2011

IRONMAN LANZAROTE: PREVIA Y NATACIÓN

El miércoles de la semana pasada salíamos Jorge, su mujer María del Mar y yo dirección Granada en coche para volar a Madrid y de ahí a Lanzarote. Una paliza de 13 horas viajando con la incertidumbre de si las bicis llegarían bien. Pero bueno el caso es que llegamos justo para comer algo y tirarnos una pua en la cama. Es lo que tiene levantarse a las 3 de la mañana agggg

Durante tres días entrenamos muy poquito, lo justo para mantener el cuerpo activo y ver un poco el circuito de agua, de carrera y la salida-entrada de la bici.
Gracias a unos amigos de María del Mar pudimos ver en coche el recorrido ciclista y comprobar la dureza de un perfil que no paraba de subir y bajar. Eso, sumado al hecho de que el viento soplaría con fuerza (29km/h), grabaría a fuego en nuestras piernas que nos íbamos a enfrentar al Ironman más duro del mundo.

Espectacular vista de Isla Graciosa desde el Mirador del Río. La mejor que he visto jamás. Pero ya os adelanto que en la carrera no vi ni la Isla, ni el arrecife, ni océano. Vamos, ni a habría visto una ballena aunq me cayera encima!

Lo cierto es que al llegar a la isla percibes que aunq sea territorio español, tanto la gente como la organización es totalmente guiri. LA calle es un hervidero de bicis, cascos aero, zapatillas de colores, trajes de neopreno... Se respira triatlón de larga distancia. Mochilas serigrafiadas con las pruebas más largas y duras del mundo adornaban la playa. Hombres y mujeres de una talla espectacular. Jorge y yo éramos los auténticos Españolitos, vamos, Pajares y Esteso. Chiquitillos, morenos y, en mi caso, gordito al lado de la fineza q lucían la mayoría.

Otro concepto de vida. Familias enteras se apostaban a lo largo de la isla para recrear sus vacaciones con deporte. Padres madres e hijos compartiendo el deporte como Lifestyle, algo casi impensable para un español de cerveza y tapa en mano. Y como buque insignia, el Club la Santa. Lugar de culto para todo triatleta que vea con buenos ojos el Ironman de Lanzarote. Un complejo con piscinas de recreo y de natación, estanque salado que simula el nado en aguas abiertas. Innumerables actividades dirigidas del tipo…a las 5 de la tarde corremos una media maratón? Ein!!!!!!?????? Una pasada.

Pocos españoles, unos 400 de 1500 participantes. Y poca gente conocimos pues cuantos más participan tengo comprobado que el ambiente se vuelve más impersonal, menos cercano y todos van más a su bola. Tan solo coincidimos con un grupo de Madrid. Compartimos un rato de bici suave y algunos consejillos que por supuesto no cumplí. Iván es el que más me ayudó, pero sobre todo me dio confianza. Él Ya había corrido en Lanzarote, incluso en Hawaii. Ya en carrera comprobé pq había conseguido llegar a nuestra particular “Meca”, crack!.

La tarde del viernes pasó entre una mezcla de nervios y ganas de que empezara de una vez por todas lo que tanto tiempo llevaba esperando. La verdad es que ayudó mucho compartir todo esto con Jorge.


Debíamos preparar la bici para entregarla junto con dos bolsas. Una con lo necesario para la bici y otra para correr que se colgaban en perchas a lo largo de una transición gigante dividida en dos partes, t1 en la playa y t2 en el paseo marítimo, ambas con carpas que hacían las veces de vestuario. La falta de costumbre me hizo pensar que la organización no era muy allá, pero estaba del todo equivocado. Está todo más que medido para que en competición no haya atasco ninguno.

Tras el paseo de rigor viendo las bicis y el material de los participantes y de comprobar que siempre hay gente muchísimo más caprichosa que un servidor…al hotel a comer y descansar. La cena fue una ensalada de pasta con fruta y de postre yogurt con cereales. Pedazo de carga de hidratos que me dejó como una croqueta a las 7.30 de la tarde!!! Hora en la que me transformé en bicho bola para descansar (“que no dormir”) hasta las 4 de la mañana.

Así que después de un buen desayuno, un poco menos que los días previos (la cena no dejaba pasar más comida). Gelo (que había llegado a las 11 de la noche con mi sobrino Emilio, Jorge y yo nos dirigimos a la zona de boxes para cumplir el ritual de siempre. Comprobar la situación de la bici y bolsas de transición, dar aire a las ruedas, colgar geles….neopreno y al tajo. NO voy a contar todo por que entonces escribo un libro, pero si que es destacable el hecho de que al llegar a la playa, dnd días antes habíamos nadado tranquilos, había más de 10.000 personas. Impresionante el ambiente todavía de noche. La carne de gallina…

Faltan 15 minutos y no podemos ni llegar al agua para calentar de la que hay liada. Conseguimos tocar agua pero en seguida me llaman a filas. Estoy totalmente mentalizado y con la carrera en la cabeza. Siempre imagino en mi mente como voy a competir. Me imagino el ritmo y la trazada en el mar o como voy subiendo un puerto difícil con la bici. Así que me coloco en 2º fila (en primera no me dejaron los lugareños) pero un poco temeroso de los palos que pudiera recibir, decido colocarme por fuera de la boya, lo que viene siendo el segundo palo en un corner jeje. Ya no siento nervios, tan solo quiero que den la salida y pillar los pies de los Élite que parten con una ventaja de 20 metros.

A las 7 en punto dan la salida y salgo a darlo todo. Sin medida, da igual que esto dure 10 horas, aquí se sale como en un triatlón sprint, que pasada!!!
Con lo que yo no contaba es que 20 metros rápidos los tiene hasta el más pintado, así que cnd llego a tocar agua me veo en medio de una nube de gente, palos por todas partes, incluso algunos que duelen de verdad y me levantan las gafas hasta la frente. Me da rabia por que se me ha colado gente que no tiene a nadie delante y sin embargo no nadan rápido, así que “mi grupo” empieza a marcharse.
Es entonces cnd rectifico mi táctica, me relajo hasta la primera boya, me salgo un poco más por fuera so pena de perder más metros y levanto la vista para saber dnd quiero llegar. Aprieto los dientes y hago unos 400 o 500 metros a tope. Llego a pies de un grupo de 20-25 que se ha cortado por delante. Van justo detrás de los Élite y ahí empiezo a disfrutar de verdad. El apretón no me ha hecho daño, todo lo contrario, siento que he entrado en calor y el ritmo que llevan se me hace muy cómodo. Empiezo a deslizar bien y a respirar perfecto. Cojo los pies de uno que calzaba medias de compresión blancas debajo del neopreno y es fácil seguirlo.
Pronto se acaba la primera vuelta, se sale del agua para correr unos 20 metros y se pasa por un reloj, marca 25 minutos!!!! Me estoy saliendo. Me da mucha confianza pues yo había calculado unos 28-29 minutos.

Entramos en el agua y hacemos una segunda vuelta más cómoda todavía. Incluso en los últimos 200 metros parece una vuelta a la calma en un entreno cualquiera. El pulso baja de forma increíble y solo sube un poco al salir del agua y ver a toda esa gente animando. 52 minutos para salir del agua el 36º, a menos de 15 segundos de Ivan y a de 30 de Nico Ward (5º a la postre y primer español).

Jorge sale en 59 minutos! Ha pasado de salir en 60 minutos en 3km hecho un ajo, a nadar de una forma mucho más sólida y sin desfondarse. Se lo ha currado.

1 comentario:

  1. Enhorabuena máquina. El sábado con mi cuñado estuvimos conectados a internet para seguir tus progresos. Un abrazo. A. Sáenz

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